Ca�a de Az�car, Vol. 2(2): 80-88. 1984
Pedro Mago N.*, Asdr�bal Aponte** y Lu�s Rodr�guez* |
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Se realiz� un estudio, con la finalidad de determinar el efecto del raquitismo de las socas sobre la germinaci�n de cinco variedades de ca�a de az�car. Se utilizaron esquejes de las variedades NCo 376, CL 41223, V 63-2, B 41227 y B 4362, procedentes de semilleros establecidos con material tratado por termoterapia (agua caliente a 52oC por 2 1/2 horas), y esquejes de semilleros no tratados. El ensayo se estableci� en suelos Oxic Haplustalf franco-arcillosos en la Estaci�n Experimental Yaritagua, Edo. Yaracuy, con un dise�o de parcelas divididas. Con la excepci�n de las variedades CL 41223 y V 63-2, las cuales no mostraron respuesta al tratamiento t�rmico, las otras variedades tuvieron en promedio una germinaci�n 30,6% superior a la del material no tratado (51,59% contra 39,48%), La ausencia de respuesta de las variedades citadas arriba no necesariamente debe tomarse como se�al de que est�n libres de la enfermedad, ya que CL 41223 es una de las mas afectadas a nivel comercial en el pa�s. Los resultados nos dan una idea de la cantidad de material de siembra que se pierde anualmente cuando se usan esquejes procedentes de semilleros no tratados. A su vez nos se�ala la necesidad de que se implante el tratamiento t�rmico como una pr�ctica rutinaria para el establecimiento de semilleros. THE EFFECTS OF THERMOTHERAPY ON RATOON STUNTING DISEASE ABSTRACT A study was done to determine the effect of ratoon stunting disease over the germination of five varieties of sugar cane. Cuttings of the varieties NCo376, CL41223, V 63-2, B 41227 and B 4362 proceeding from seed beds planted with vegetative material treated with thermotherapy (hot water at 52oC for two and a half hours). Cuttings from non treated seed beds were also used. The trial was established on Oxic Haplustalf clay loam soil at the "Estaci6n Experimental Yaritagua", Yaracuy State. A split plot design was used. With the exception of CL 41223 and V 63-2, which did not show and change with the treatment, all other treated varieties had an average germination 30,6% above non treated ones (51.59% against 39,48% ). The absence of response of the above mentioned varieties does not necessarily mean that they were free of ratoon stunting disease. CL 41223 has been reported as one of the most seriously affected by this disease in the country. The results give us an idea of the amount of planting material which is lost annualIy, when cuttings from non treated seed-beds are used. The show us the necessity of applying thermotherapy, as a rutinary practice when establishing seed beds. INTRODUCCI�N El raquitismo de las socas es una enfermedad de la ca�a de az�car, cuyo organismo causal fue inicialmente se�alado como un virus (9), pero posteriormente, fue asociado a una bacteria (2, 4, 10) .Mas recientemente se ha demostrado una asociaci�n de la enfermedad con presencia de bacterias pleom�rficas en el xilema (5). Esta enfermedad est� considerada como una de las de mayor importancia del cultivo de la ca�a de az�car, y como una de las principales causas de "deterioraci�n" o "declinaci�n" varietal. Para Steindl (9), es la que causa mayores p�rdidas, ya que debido a su naturaleza insidiosa y por no presentar s�ntomas externos visibles, su detecci�n o reconocimiento se hace en forma muy tard�a, cuando el cultivo ha acumulado un alto grado de infestaci�n y su producci�n ya ha sido altamente afectada. En cuanto al comportamiento varietal, Hughes (3) se�ala que no hay o son extremadamente pocas las variedades que no sufren grandes p�rdidas en su producci�n por efecto de la enfermedad; aunque si reconoce diferencias en cuanto a la magnitud del da�o, el cual se magnifica por efecto de la sequ�a en cualquier variedad. En ensayos conducidos en Queensland, donde se inocularon 682 variedades, se encontr� que la gran mayor�a sufri� da�os entre severos y muy severos, y las mas tolerantes sufrieron p�rdidas en su producci�n de alrededor del 30%. El mismo Hughes, clasific� las p�rdidas causadas a la industria azucarera por esta enfermedad como directas e indirectas. Entre las directas tenemos: 1. ca� da de la producci�n y 2. costo de las campa�as de control; entre las indirectas, las cuales son dif�ciles de estimar tenemos: 1. pobre germinaci�n y saqueo; 2. aumento de los costos, debido al retardo del "cierre de las ca�as" , tanto en plantillas como en socas; 3. aumento en los costos de cosecha, debido a los bajos tonelajes y problemas de malezas y 4. acortamiento de los intervalos de reposici�n de tablones. En general, afirma Hughes, cuando en un �rea ca�era se hace un estimado de las p�rdidas causadas por el raquitismo de las socas, los resultados son sorpresivamente desagradables. En relaci�n a la sintomatolog�a de la enfermedad, su naturaleza insidiosa, dificulta su reconocimiento. Las plantas enfermas son de crecimiento retardado, de apariencia relativamente enana, poco vigorosas y de muy baja producci�n debido a una considerable reducci�n del tama�o y grosor de los tallos, ya que como se�ala Hughes, la poblaci�n o n�mero de tallos por unidad de superficie, solo es afectada en a�os en que las plantaciones enfermas sufren por sequ�a. Todos estos s�ntomas pueden confundirse o ser atribuibles a otros factores, tanto clim�ticos como del manejo del cultivo, por lo que resulta bastante dif�cil el diagn6stico de la enfermedad, aun en casos en que ella est� causando p�rdidas cuantiosas. La enfermedad, seg�n Todd (11), fue reconocida por primera vez en Australia, durante la zafra 1944-1945, desde entonces se ha venido detectando en todas las �reas ca�eras del mundo. En Venezuela, fue mencionada en 1962 por Malaguti y Arruda (6), cuando encontraron s�ntomas evidentes e inconfundibles en una plantaci�n de la variedad H 328560 en el Central Yaritagua, y s�ntomas un poco mas leves y menos evidentes en las variedades Co 421 y 850112. Steib (8), en un peque�o recorrido por varias fincas del �rea ca�era de los Centrales El Palmar y Yaritagua, entre las pocas variedades revisadas, encontr� infestaciones hasta del 100% en: 849119, CL41223, 84362 y CP34-79; lo que nos indica la alta incidencia del raquitismo en nuestra ca�icultura. Ordosgoitti y colaboradores (7), lograron transmitir la enfermedad a material sano de las variedades 849119 y NCo 293. Aunque hasta el presente no se ha hecho una evaluaci�n de la magnitud de los da�os que causa el raquitismo en Venezuela, se presume que son cuantiosos, raz�n que motiv� a la conducci�n de este trabajo, a fin de evaluar la respuesta de algunas variedades comerciales al tratamiento t�rmico, tan efectivo para su control. Seg�n 8enda (1) la termoterapia, adem�s de raquitismo, controla tambi�n mosaico y seg�n Todd (11) Sereh, raya clor6tica y mildi� polvoriento. En este trabajo solo se informan los resultados de germinaci�n, en donde se observaron diferencias considerables en algunas variedades, debido al efecto de la termoterapia; lo que indudablemente est� relacionado con la presencia de raquitismo, como se�al� Steindl (9), los esquejes infectados con la enfermedad se caracterizan por tener una germinaci6n lenta y err�tica. Es de hacer notar que, con la excepci�n de 8 41227, estas variedades no est�n siendo utilizadas para nuevas siembras, debido a su alta susceptibilidad al carb�n y/o roya, enfermedades detectadas despu�s de la realizaci�n de este estudio. Sin embargo, los resultados aqu� presentados pueden ser usados como �ndice del efecto del raquitismo en variedades de caracter�sticas similares a �stas. MATERIALES Y M�TODOS Se sembr� un ensayo de campo en la Estaci�n Experimental Yaritagua, en suelo Oxic haplustalf, arcilloso, mixto isohipert�rmico, utilizando las variedades de ca�a de az�car: NCo 376, CL 41223, V 63-2, B 41227 y B 4362 en dos tratamientos: 1. Esquejes provenientes de semilleros sometidos a termoterapia (material de siembra tratado con agua caliente a 52oC durante 2 1/2 horas). 2. Esquejes sin tratamiento t�rmico previo. En ambos casos el material de siembra utilizado, proven�a de semilleros bien atendidos y de ocho meses de edad, cortados en trozos de tres yemas y bien seleccionados. La siembra se hizo a una densidad de doce yemas por metro lineal de surco. El tama�o de parcela fue de cuatro surcos de 10.m de largo y de 1,5 m de distancia entre ellos, para un total de 60 m2 .Los dos surcos centrales constitu�an el �rea efectiva y los dos externos el �rea de bordura. Entre parcelas se dej� un surco de separaci�n y entre bloques la separaci�n fue de 4 m. Para evitar posible contaminaci�n a trav�s del agua de riego, cada bloque se dividi� en dos subloques, con regaderas y drenajes separados, para las ca�as tratadas y para las no tratadas. Los tratamientos se replicaron cuatro veces en un dise�o de parcelas divididas, en el cual los tratamientos constitu�an las parcelas principales y las variedades las parcelas secundarias. Los resultados de germinaci�n discutidos en este trabajo, se tomaron a los 50 D�az de edad de la ca�a, 10 d�as mas de lo programado, debido a que las lluvias se adelantaron, empezando inmediatamente despu�s de sembrado el ensayo; raz�n por la cual tanto la germinaci�n como el crecimiento inicial fueron bajos y lentos. Durante esos 50 d�as se registraron 39 d�as de lluvias de mas de un mil{. metro, para un total de 331 ,7 m m de precipitaci�n. RESULTADOS Y DISCUSI�N En los cuadros 1 y 2 se presentan los resultados de la germinaci�n, expresados en porcentajes para variedades y tratamientos. El an�lisis de la varianza indica diferencias altamente significativas entre tratamientos y entre variedades. Para la interacci�n variedad x tratamientos se encontr� tambi�n significaci�n, pero a nivel del 5%. Estableciendo las comparaciones para los diferentes factores, se tiene: Entre tratamientos: la diferencia de medias entre tratamientos fue de 12, 1%, y la m�nima diferencia significativa entre medias fue de 7,42%, lo cual indica que el porcentaje de germinaci�n en el tratamiento sembrado con semilla proveniente de semillero donde se aplic� termoterapia a los esquejes, fue significativamente superior al nivel del 1% .La respuesta global al tratamiento t�rmico fue del 30,6% . Como se aprecia en el cuadro 1, la germinaci�n de las variedades V 63-2 y NCo 376 fue significativamente superior a todas las restantes; le siguen B 4362 y C L 41223 y por �ltimo B 41227 que result� significativamente inferior en capacidad de germinaci�n. Entre variedades en el mismo tratamiento: en general, la germinaci6n fue baja, con promedios de 39,5% para las ca�as no tratadas y de 51,6% para las tratadas, el promedio general fue de 45,5%. De acuerdo a la calidad del material de siembra utilizado, esquejes provenientes de semilleros bien atendidos, de ocho meses de edad y bien seleccionados; el promedio general de germinaci�n no deber�a haber bajado del 60%; indudablemente, que los 331,7 m m de precipitaci�n registrados en 39 d�as de lluvia durante los 50 del per�odo de germinaci�n, fuero determinantes de la baja brotaci�n.
Entre variedades: Los resultados de germinaci�n obtenidos (cuadro 2), se�alan que en las ca�as no tratadas, la variedad de mejor germinaci�n fue la V 63-2, que supera significativamente a todas las dem�s; las de peor germinaci�n fueron B 41227 y B 4362. En las ca�as tratadas, la mejor germinaci�n es la de la variedad NCo 376, pero estad�sticamente supera solo a B 41227 y CL 41223. A pesar de la baja germinaci�n general, debido a las causas ya expuestas, se observ� una gran diferencia entre variedades: la de peor germinaci�n fue la B 41227, que aun mostrando el mayor porcentaje de respuesta al tratamiento t�rmico (78,5% ) result� tambi�n la peor germinaci�n en las ca�as tratadas. Le siguen B 4362, tambi�n con alt�simo porcentaje de respuesta al tratamiento (57,1 %) y la CL 41223 con muy poca respuesta; esta �ltima junta con la B 41227 fueron de baja germinaci�n, sin menoscabo del efecto beneficioso de la termoterapia sobre el raquitismo. La variedad V 63-2 fue la menor respuesta al tratamiento (1,6%); su germinaci�n fue buena a pesar de las condiciones desfavorables. En NCo 376, la respuesta al tratamiento fue de 37,9% resultando la de mejor germinaci�n, por efecto del tratamiento con agua caliente. Entre tratamientos en la misma o entre diferentes variedades: la informaci�n tabulada en el cuadro 2 muestra que, en las variedades V 63-2 y CL 41223, no hubo respuesta significativa al tratamiento t�rmico; los aumentos observados en los porcentajes de germinaci�n son relativamente peque�os 0,85 y 4,51, respectivamente, que expresados en t�rminos de porcentaje de respuesta al tratamiento equivalen a 1 ,6 y 11 ,2, respectivamente. La falta de respuesta al tratamiento t�rmico de estas dos variedades en el ensayo, no es �ndice de que ellas est�n libres de raquitismo, ya que la enfermedad no siempre baja la germinaci�n, sino que la hace lenta y err�tica, como lo se�ala Steindl (9). Por otra parte, la variedad CL 41223, citada por Steib (8), en su informe sobre visita realizada al pa�s, como una de las mas afectadas por el raquitismo en Venezuela, en este ensayo el material no tratado mostr� s�ntomas evidentes de la enfermedad, sin influir sobre la germinaci�n. En las dem�s variedades B 41227, B 4362 y NCo 376, hubo respuesta altamente significativa al tratamiento t�rmico de los esquejes, con aumentos en los porcentajes de germinaci�n de 19,4, 19, 1 y 16,7, respectivamente, que expresados en t�rminos de porcentajes de respuesta al tratamiento t�rmico, equivalen a 78,5, 57,1 y 37,9, respectivamente. Estas cifras dan una idea de la cantidad de material de siembra que se pierde anualmente en las reposiciones de los campos, debido a baja germinaci�n por raquitismo en muchas de nuestras variedades comerciales. La respuesta tan alta de la germinaci�n al tratamiento t�rmico en estas variedades aparentemente sanas, constituye un �ndice tanto de su alto grado de infestaci�n de raquitismo, como de la ya se�alada naturaleza insidiosa de la enfermedad y de la ineficacia de la selecci�n de
material de siembra de campos aparentemente sanos; lo que muestra la imperativa necesidad del establecimiento del tratamiento curativo, a trav�s de un programa bien llevado de semilleros tratados t�rmicamente. CONCLUSIONES:
BIBLIOGRAF�A
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