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  FONAIAP   DIVULGA  No.  27                                                                                                                       Enero-Marzo    1988


Algunas consideraciones sobre el cultivo de 
pastos en la regi�n  nor-oriental

En los estados Monagas y Anzo�tegui, se ha venido desarrollando de manera creciente la producci�n de carne y leche con reba�os ganaderos mejorados que deben adatarse a las condiciones de sabana muy abundantes en dichos estados. Por ello, el mejoramiento de la capacidad de producci�n de forrajes en dichas condiciones, es un imperativo necesario para lograr los niveles de eficiencia productiva y econ�mica. En este articulo plantean el por qu�, cu�ndo, cu�les y cu�nto pasto sembrar , as� como las pr�cticas recomendadas  para su mantenimiento y manejo  productivo.

Luis Navarro D�az*
Zootecnista M.Sc.  Investigador II - Transferencia de Tecnolog�a. Estaci�n  Experimental Anzo�tegui.


   La gran mayor�a de los hatos, especialmente los ubicados en las sabanas. Basan su explotaci�n en el sistema extensivo tradicional, caracterizado m�s com�nmente por poseer grandes extensiones de tierra generalmente de pastos naturales y baja carga  animal por hect�rea, o bien medianas extensiones con inadecuada capacidad de sustentaci�n de sus reba�os.

   Actualmente, con el mejoramiento de los precios de la  carne y la leche, muchos ganaderos est�n comprendiendo la ventaja que significa mejorar el manejo , alimentaci�n del ganado. Esto ha despertado en e el inter�s por sembrar pastos y los ha llevado , aceptaci�n de las recomendaciones t�cnicas para incrementar o iniciar el establecimiento de pastos mejorados en sus fincas, con lo cual alcanzan las siguientes ventajas:

Mayor plusval�a a la propiedad.

Mejor alimentaci�n del ganado.

Posibilidad de implantar pr�cticas de conservaci�n de forrajes, tal como la  henificaci�n, lo  cual  permitir�: a) reducir los costos de la alimentaci�n durante el verano. y b) uniformizar el suministro alimentaci�n durante el a�o.

Mayor producci�n y productividad del hato.

   El ganadero pr�ctico debe entender que no s�lo necesario conocer el manejo de sus animales, tambi�n ser un buen agricultor. Como es sabido,  explotaci�n bovina depende en buena parte de la posibilidad de forrajes. En especial de pastos, los  cuales al igual que otros cultivos necesitan se les dispense un mantenimiento adecuado.

   Ahora bien, en la actualidad un buen ganadero no conforma con sembrar pastos, sino que ha decid� diversificar la explotaci�n ganadera y la tendencia de  la producci�n  de otros cultivos, en especial cereales  como el ma�z y el sorgo; rubros  que ofrecen tres  ventajas importantes:

1. Asegura ingresos  adicionales cuantiosos durante la �poca  de invierno.

2. Mejora el suelo.

3.  Despu�s  de la cosecha del cereal queda  la  soca  alimenticio, cuya  utilizaci�n por el reba�o puede prolongarse hasta  el verano, reduciendo enormemente los costos de alimentaci�n.

  Este sistema de producci�n ha dado excelentes resultados en el estado Guarico y est� comenzando a implantarse entre los ganaderos m�s progresistas en los Estados Monagas y Anzo�tegui.

   �Por  qu�  sembrar pastos?

  El ganadero nuestro, generalmente sabe que su negocio est� en el ganado y sus pastos. Sin embargo, algunos en la creencia de que a pesar de no sembrar pastos mejorados y de realizar gastos m�nimos en el  mantenimiento de su reba�o, han venido obteniendo beneficios, se muestran reacios a comenzar la introducci�n de mejores pastos, y aducen que no est� muy lejos de estar haciendo un buen negocio. Es decir, invirtiendo un m�nimo de recursos obtiene ganancias, que actualmente son mayores con el incremento  de los precios de la carne y la leche.

  En algunos casos el ganadero puede estar en la raz�n, sobre todo aqu�l que dispone de grandes extensiones con una baja carga animal por hect�rea de  pastos nativos; o en otros casos, el ganadero por las  caracter�sticas topogr�ficas propias de la finca, puede  dividir el terreno en varias �reas de pastoreo, seg�n la �poca del a�o y hacer un aprovechamiento de esos recursos. Igualmente, donde el terreno es propicio se da el caso de hatos que con un m�nimo esfuerzo, disponen de grandes extensiones de pastos como "guinea" y "yaragu�", cuyo establecimiento ha sido posible gracias a la viabilidad y facilidad de propagaci�n de sus semillas. Esto, unido a un buen manejo permite al productor obtener �ptimos beneficios de la explotaci�n, a veces sin la necesidad de sembrar adicionalmente otros pastos. El peor de los casos es el de aquellos hatos ubicados en �reas de la sabana donde s�lo predominan pastos nativos de escasa cobertura y pobre valor nutritivo, lo cual incide negativamente en la rentabilidad de la explotaci�n, determinando por tanto la necesidad de establecer mejores pastizales.

  En la actualidad, con el mejoramiento de los precios, el ganadero inteligente que dispone de recursos est� pensando m�s en la expresi�n no dejes para ma�ana lo que puedes hacer hoy  y est� iniciando o incrementando la siembra de pastos mejorados, aprovechando el bajo costo actual de los fertilizantes, de la semilla y de la mano de obra.

  La necesidad de sembrar pastos proviene de la poca o baja capacidad de sustentaci�n del pastizal existente y/o del deseo del ganadero de hacer m�s eficiente la capacidad de conversi�n alimenticia de sus animales, mediante la sustituci�n del pasto nativo de bajo valor por otro de mejor calidad.

  Al establecer pastos, autom�ticamente el ganadero est� incrementando la capacidad de sostenimiento de la finca, lo cual repercutir� en el mejoramiento de la reproducci�n del reba�o, de la producci�n y por ende en mayores beneficios econ�micos.

  Una buena alimentaci�n, se logra de una manera pr�ctica y econ�mica, sembrando pastos de buena producci�n, pero adem�s de buena calidad; requisitos estos que no pueden ser satisfechos por los pastos nativos, los cuales no son adecuados para corte y/o conservaci�n. Entonces, lo conveniente es sembrar pastos de buena producci�n y calidad, pero estando seguros de su adaptabilidad a las condiciones de suelo y clima del hato o del �rea, si se trata de un amplio programa de siembra.

  Sembrando pastos apropiados en el momento oportuno para lograr su r�pido establecimiento, se obtienen los siguientes beneficios:

Mayor capacidad de sustentaci�n del hato.

Menor costo de alimentaci�n al reducir la compra de heno (generalmente de baja calidad) y de alimentos concentrados. 

Disminuye la mortalidad por efecto de una adecuada alimentaci�n del reba�o.

Aumenta los �ndices de fertilidad del pie de cr�a.

Permite mejores pesos en los becerros al nacer y un mejor ritmo de crecimiento.

Mejora la producci�n y calidad de la leche.

Prolonga la lactancia de las vacas.

Permite cebar su ganado en la propia finca.

  �Cu�ndo sembrar?

  En general, la mejor �poca para sembrar es a la entrada de las lluvias, porque as� se permitir� al pasto aprovecharse todo el invierno, logrando su establecimiento m�s r�pidamente. Sin embargo, uno de los graves problemas que confronta el ganadero es la disponibilidad de semilla. En el caso de los pastos cuya propagaci�n se hace por semilla vegetativa existe la limitaci�n de que su producci�n se realiza durante la �poca lluviosa, lo cual hace necesario esperar que la semilla est� en condiciones adecuadas para su cosecha (esto implica que el inicio de la siembra es retardado), y en el caso de la semilla sexual el factor m�s limitante es la escasez y mala calidad, antes que el precio que tambi�n es elevado.

  Cuando se siembra a mediados o al final del invierno, as posibilidades de �xito son menores, ya que la falta de humedad va a imposibilitar el aprovechamiento de los nutrimentos del suelo, afectando as� el crecimiento del pasto y postergando su utilizaci�n por los animales posiblemente hasta el pr�ximo invierno. Si la siembra tiene lugar a mediados del invierno, es posible lograr el establecimiento del pasto tambi�n a medias; es decir, la semilla germina y logra crecer, pero no lo suficiente como para asegurar una cobertura total del  suelo. En este caso, las malezas y la falta de humedad limitan su crecimiento. L�gicamente, esto no es una  regla, ya que hay pastos y �pocas excepcionales que definitivamente determinan el �xito. En el peor de los pasos, si la siembra ocurre al final del invierno la semilla germina y posiblemente logre crecer algo, hasta que la falta de humedad y las altas temperaturas, en especial la de los suelos arenosos (tal como el que predomina en las sabanas de la regi�n nor-oriental), termina con las d�biles pl�ntulas.

  �Cu�nto sembrar?

  Una vez que se ha comprendido la necesidad de sembrar pastos, cualesquiera que sean las razones, la respuesta acerca de la cantidad de pasto a establecer debe corresponderse, primero con la elecci�n del o los pastos, y segundo determinando la cantidad a sembrar.                                                                                   La cantidad de pastos a establecer, expresada en hect�reas depender� en todo caso de: 

La carga animal (unidades animales, U.A.) existentes, y los objetivos y metas de la explotaci�n.

Vegetaci�n utilizable existente.

Sistema de explotaci�n: extensiva, semi-intensiva, intensiva.

Tipo de explotaci�n: carne, leche o doble prop�sito.

Sistema de alimentaci�n utilizado o a utilizar .

Maquinarias y equipos disponibles.

   Indudablemente, mientras mayor es la abundancia pastos ser� m�s f�cil la uniformizaci�n del suministro de alimento al reba�o durante el a�o, y por tanto  se de  alimento al reba�o mejor alimentado. Por otra parte, se   puede utilizar el  excelente  para  ser vendido  como heno a otros productores.

   �Cu�les pastos sembrar?

    Esta es quiz�s una de las cuestiones que requiere  mayor an�lisis. Sin embargo, a manera de orientaci�n, la elecci�n de los pastos va a depender de los siguientes factores:

Climatolog�a del �rea donde est� ubicado el hato.

Topograf�a y textura del terreno.

Fertilidad y humedad del suelo.

Sistema y tipo de explotaci�n.

Maquinarias y equipos disponibles.

pH del suelo, y factibilidad pr�ctica y econ�mica de su modificaci�n.

   Si el ganadero no posee suficiente experiencia, recomendable es buscar el asesoramiento de un profesional conocedor de la materia a objeto de no peder esfuerzo. tiempo y dinero, como suele ocurrir.

   Las sabanas de la regi�n nor-oriental, al igual los llanos de Apure, Guarico, portuguesa, Barinas y  Bol�var, est�n caracterizados por poseer en pastos aut�ctonos m�s importantes, varias es de los g�neros: Trach�pogon, Andropogon, Saeta, etc., conocidos com�nmente como peluda", los cuales son de bajo valor nutritivo. No obstante, en estas sabanas pueden encontrarse donde pastos cultivados como "Yaragu�" y son muy comunes y se desarrollan bastante incluso sin un manejo apropiado desde el punto de su fertilizaci�n y del pastoreo mismo.

   Los pastos "Guinea" y "Yaragu�" son considerados apropiados para el pastoreo de bovinos, dada su alta producci�n y excelente calidad, de all� que donde su establecimiento y propagaci�n inducida espont�nea ofrece ventajas al ganadero, debe  en lo  posible dispens�rsele  un manejo adecuado a fin de  asegurar su  persistencia.

   En condiciones donde prevalece la paja peluda y ganadero dispone de recursos para su sustituci�n parcial o total por pastos mejorados, lo m�s aconsejable es buscar el asesoramiento de un especialista que interpretando los an�lisis de suelo y considerando los, factores antes se�alados pueda indicarle el o los pastos a sembrar .

   Existen otros pastos (gram�neas y leguminosas), Siendo los primeros mayormente conocidos y difundidos entre los ganaderos en las diferentes regiones del pa�s. Entre las gram�neas m�s comunes se pueden  citar:

Gram�neas

De porte bajo

De porte alto

De porte alto para corte

Pangola

Guinea

Elefante

Pangola swazi

Sabanero

King grass

Estrella

Yaragu�

 

Cadillo bobo

 

 

D. xumfolozi

 

 

   Las leguminosas cultivadas son poco utilizadas pastoreo de vacunos en la regi�n nor-oriental.  En la  Mesa de Guanipa existen algunas experiencias en hatos donde se ha establecido m�s de 200 hect�rea una asociaci�n de la gram�nea swazi, Digitaria swazilandensis con las leguminosa siratro (Macroptilium atropurpureum), la cual ha dado buenos resultado desde el punto de vista agron�mico. Otras leguminosas  de importancia zoot�cnica est�n todav�a los de investigaci�n en las Estaciones Experimentales y universidades del pa�s, en especial de la regio nor-oriental.

   En materia de recomendaciones sobre cuales pastos  sembrar, no existe una receta general y como  anteriormente, ello depende de muchos factores.

   Por ejemplo, si un ganadero posee una explotaci�n cuyo objetivo es producir carne, llevando su becerros  hasta la fase de maute o novillo cebados, vista base de pastoreo; indudablemente que ello no podr�a lograrse mediante el pastoreo de los pastoreo de los pastos nativos comunes en la sabana. En este caso es indispensable  proceder a la sustituci�n de este pastizal por otro m�s productivo. �Cu�l? depende de la climatolog�a o estructura, fertilidad y topograf�a del suelo.

   Si este mismo ganadero se da cuenta que debe hacer m�s eficiente el engorde de estos animales; es decir, lograr peso  en menor tiempo, entonces debe pensar en la estabulaci�n o semi-estabulaci�n por un per�odo corto de tiempo. Para ello ha de considerar el establecimiento de pastos para corte, el cual debe suministrar repicado directamente en los comederos; de esta forma los animales agotan menos energ�a, mejoran enormemente su eficiencia alimenticia y por ende alcanzan mayor peso. Tambi�n se puede pensar en el suministro de heno de buena calidad y alg�n alimento concentrado adicional. Todo depende de las disponibilidades econ�micas del productor.

   Si se trata de una explotaci�n lechera, es l�gico pensar adem�s de los potreros establecidos con pastos para pastoreo, en un �rea para la siembra de pastos de corte bajo riego, puesto que esta actividad requiere del suministro de pasto fresco de alta calidad. M�s criterios para la selecci�n de los pastos a sembrar se ofrecer�n m�s adelante cuando se detalle las caracter�sticas de cada uno de los pastos.

 

   Pr�cticas aconsejables para el mantenimiento del pastizal

   El establecimiento de un pastizal aunque sea en una peque�a �rea es muy importante para la finca, porque esta peque�a �rea, si se mantiene adecuadamente puede producir material (semilla) suficiente para ir cultivando progresivamente extensiones cada vez mayores. A veces suele observarse casos de ganaderos, que disponiendo de una extensi�n de 600 hect�reas y 400 cabezas de ganado, entusiasmados moment�neamente con un pasto, como ha sucedido con "elefante" y hasta con "pangola", proceden al establecimiento de 2 hect�reas o m�s (20 ha en el caso de la pangola) y luego, cuando tienen necesidad introducen los animales en estas peque�as �reas, cuyo pastoreo muy frecuente termina agotando el pasto. Para lograr el mantenimiento del pastizal es necesario un manejo adecuado que debe incluir:

1. Abonamiento en el momento oportuno con los elementos requeridos por el pasto, seg�n su estado y el balance de nutrimentos en el suelo.

2. Sistematizaci�n del pastoreo a fin de evitar da�os al pasto y al suelo.

3. Implantar pr�cticas de control de malezas y plagas, si es requerido.

4. Utilizaci�n del pastizal apropiadamente. Por ejemplo no usar el pasto "elefante" para pastoreo directo y con una alta frecuencia. En caso de usarlo, debe ser compensado con un corte de uniformidad, abonamiento y dejarlo en descanso. Recuerde que el pasto "elefante" es especial para corte y en nuestras condiciones su producci�n depende del riego.

5. Evitar en lo posible la permanencia de animales en los potreros durante el verano, a menos que disponga de superficie abundante de pastos que el ganado puede consumir como heno en pie. Durante el verano el pasto est� seco y su valor nutritivo es bajo, de all� que es preferible cosecharlo para henificar cuando est� en buenas condiciones.

6. Cada pasto requiere de un tratamiento distinto y su producci�n puede variar entre otros factores, por efecto del suelo y del clima. Por ello debe tenerse presente las exigencias de cada pasto antes de decidir su establecimiento.

7. Resembrar aquellas �reas donde el sobrepastoreo ha agotado al pasto. De lo contrario, las malezas comenzar�n a invadir los potreros.